7 sept 2015

EL LENGUAJE COMO SEMIÓTICA SOCIAL



El medio es tanto social como físico y en “el lenguaje como semiótica social” Halliday hace referencia a "hombre social" no se hace referencia al hombre social en oposición al hombre individual, sino al individuo en su entorno tanto social como físico.


Halliday habla de los problemas del entorno físico como entre tantos la contaminación ambiental que por estos últimos años ha adquirido una cierta importancia pero ¿ que pasa con el entorno social?. Cualquier problema del entorno o físico puede ser tratado con mucha más facilidad que la contaminación del entorno social. Dice halliday que la escuela es la única posible solución al problema de la contaminación social, si la aplicamos como una medicina preventiva seria la mejor defensa para la contaminación del entorno humano.
En el desarrollo del niño como ser social, la lengua desempeña la función más importante. La lengua es el canal principal por el que se transmiten todos los modelos de vida, por el que aprende a actuar como miembro de una "sociedad" y a adoptar su "cultura", sus modos de pensar y de actuar, sus creencias y sus valores. Todo esto tiene lugar por medio del lenguaje, y no es del lenguaje del salón de clases sino que son los usos cotidianos del lenguaje más ordinarios, con padres, hermanos y hermanas, con niños del vecindario, en el hogar, en la calle, etc. son los que sirven para trasmitir, al niño, las cualidades esenciales de la sociedad y la naturaleza del ser social.

La existencia del lenguaje implica la existencia del hombre social, la capacidad de hablar y entender surge, y tiene sentido, sólo porque hay otros organismos semejantes. Por esto, no puede haber hombre social sin lenguaje y no puede haber lengua sin hombre social.
"El lenguaje y el hombre social" significa la lengua como función de todo el hombre; por tanto, el lenguaje de hombre a hombre (inter-organismos) o el lenguaje como comportamiento humano. Pero también es posible ver la lengua desde el punto de vista del carácter interno de ese organismo: la estructura cerebral y los procesos cerebrales que participan en su habla y comprensión.

Por medio de la lengua, el "ser humano" se irá integrando a un grupo, a la "gente", pero a su vez, la "gente" está compuesta de "personas"; en virtud de su participación en un grupo, el individuo ya no sólo es un espécimen biológico de humanidad: es una persona. Una vez más, la lengua es el elemento esencial del proceso, puesto que, en gran medida, el intercambio lingüístico con el grupo es el que determina la posición de los individuos y los configura como personas.


¿En qué difiere de una sociedad de un grupo? Un grupo constituye una estructura simple, una serie de participantes entre los que no existen relaciones especiales, sino sólo la simple coexistencia que implica su participación en el grupo. Por otra parte, una sociedad no consiste
de participantes sino de relaciones, y dichas relaciones son las que definen los papeles sociales; ser miembro de una sociedad significa desempeñar un papel social: y es una vez más mediante la lengua como "una persona" llega potencialmente desempeñar un papel social.

Los papeles sociales son combinables y, como miembro de una sociedad, el individuo desempeña no sólo uno sino muchos papeles a la vez, siempre por medio de la lengua. Así, la lengua es condición necesaria para ese elemento final en el proceso de desarrollo del individuo y, desde un ser humano hasta una persona a la que podemos llamar "personalidad", considerando a esa personalidad como un papel complejo.
La lengua es el medio por el que un ser humano se hace personalidad, como consecuencia de ser miembro de una sociedad y desempeñar papeles sociales.

El potencial lingüístico del individuo se interpreta como el medio por el que se establecen, ser causa se manifiestan las diversas relaciones sociales en que él participa. Eso significa que adoptamos un criterio funcional de la lengua, en el sentido de lo que el hablante, niño o adulto, puede hacer con ella.
Más importante que la forma gramatical de lo que oye el niño es el hecho de que esté vinculado funcionalmente a las características observables de la situación a su alrededor. Aprender a hablar se interpreta como el dominio de un potencial de comportamiento por parte del individuo. Desde esa perspectiva, la lengua es una forma de interacción y se aprenden mediante ellas: en lo esencial, eso es lo que hace posible una  cultura se trasmita de una generación a otra.

La cultura forma nuestros patrones de comportamiento y gran parte de nuestra conducta se ve mediada por la lengua; el niño aprende su lengua materna a este proceso del aprendizaje de la lengua materna se le lama “adquisición de la lengua” en el contexto de un marco de conducta en que las normas de la cultura se presentan y se enuncian para él, marco de regulación, de instrucción y de interacción personal de los padres y así por el estilo; y, recíprocamente, es "socializado" en los sistemas de valores y los modelos de conducta mediante el uso del lenguaje, al mismo tiempo que lo aprende. Lo que determina la verdadera configuración cultural y lingüística es, en esencia, la estructura social, el sistema de relaciones sociales, en la familia y en otros grupos sociales claves, que es característico de la subcultura particular. De este modo en el contexto de un lenguaje común, en un sentido del código general, surgirán formas lingüísticas, modas del habla distintas, que inducen en sus hablantes diferentes maneras de vincularse los objetos y a las personas.
En el aspecto psicologico se han venido trabajando dos modos alternativos de enfocar la cuestión del desarrollo de la lengua, esos enfoques se le ha designado como posiciones “nativista” y “ambientista”

El lenguaje es un potencial: es lo que el hablante puede hacer; lo que una persona puede hacer en el sentido lingüístico, es decir, lo que puede hacer como hablante u oyente equivale a lo que "puede significar"; de allí la descripción del lenguaje como un
"potencial de significado".

No experimentamos el lenguaje en el aislamiento sino siempre en relación con algún escenario, con algún antecedente de personas, actos y sucesos de los que derivan su significado las cosas que se dicen. Es lo que se denomina "situación", por lo cual decimos que el lenguaje funciona "contextos de situación", y cualquier explicación del lenguaje que omite incluir la situación como ingrediente esencial posiblemente resulte artificial e inútil.

El "contexto de situación" se refiere a aquellas características que son pertinentes al discurso que se está produciendo. Dichas características pueden ser concretas e inmediatas o pueden ser enteramente abstractas y remotas. En general la habilidad para utilizar el lenguaje en contextos abstractos esto es lo que distingue del habla de los adultos del de los niños; aprender una lengua consiste en parte en aprender a liberarla de las cárceles del entorno inmediato.

Para Halliday el aprendizaje de la lengua consiste en el dominio progresivo de las macrofunciones o funciones básicas señaladas y la formación de un potencial semántico con respecto a cada uno de tales componentes funcionales. Propone siete alternativas básicas en la etapa inicial del desarrollo lingüístico de un niño normal:
1.    Instrumental: "yo quiero", para la satisfacción de necesidades materiales.
2.    Regulatoria: "haz como te digo", para controlar el comportamiento de otros.
3.    Interaccional: "tu y yo", para familiarizarse con otras personas.
4.    Personal:
"aquí estoy yo", para identificarse y expresarse a sí mismo.
5.    Heurística: "dime por qué", para explorar el mundo circundante y el interno.
6.    Imaginativa: "vamos a suponer", para crear un mundo propio.
7.    Informática: "tengo algo que decirte", para comunicar nueva información.

Lo realmente importante no es que el niño haya adquirido esta o aquella función sino que haya internalizado el hecho de que el lenguaje sirve para esos propósitos, que sepa que es bueno hablar. Halliday considera que el proceso de adquisición de una lengua, el individuo cumple tres fases:

*    Primera Fase: (1 a 15 meses): Los sonidos producidos no coinciden y los significados identificables. no son

* Segunda Fase: (16 – 22 meses): Transición del lenguaje del niño al primer lenguaje del adulto. Se divide en dos etapas: La Macética o de "aprender": conjunción de las funciones personal y heurística, que se refiere al proceso de categorización y conocimiento del entorno.
La pragmática o de "hacer": en la que se conjugan la instrumental y la reguladora.

* Tercera Fase (22 meses en adelante):El niño entra en una fase que supone la adecuación del lenguaje infantil a la lengua del adulto. Aparecen tres nuevas funciones:
·           Ideativa: para expresar contenidos, producto de la experiencia del hablante
·         Interpersonal: opera para establecer y mantener las relaciones sociales.
·         Textura: es el mensaje lingüístico en sí mismo. ya que sabe como asignar los significados.

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